jueves, 6 de junio de 2013

sábado, 3 de noviembre de 2012

dios necesita otro nombre


Algunos tenemos peleas simples, otros complejas, algunos no peleamos.

No puedo negar que estaba entre la alucinación y la ironía de amores perdidos teniéndolos todos a la mano, el hecho de la abstinencia no contaba por el momento  porque claramente me encontraba en una ciudad del Medio Oriente con sus conflictos a media calle y turbantes que siempre los veía por la Tv. El cómo haber llegado hasta esta parte del mundo pertenece  a la alucinación, a algún amor perdido o a esa abstinencia que te hace tomar el primer vuelo que tengas para huir.

Caminaba, eso sí, con desconocimiento de causa y con la mirada perpleja de un tiburón comido por delfines blancos. Blancos  porque, aunque atardecía, el reflejo de las paredes aún me enceguecía gratuitamente por mi percepción contaminada por el cine Norteamericano.

Camine bastante tiempo como para salir de ese reflejo y de paso  entrar a la noche de esta ciudad que aún desconocía. Entre a una  zona más desierta  y caótica, no por personas tirando granadas o bombas molotov, sino por piquetes hechos por los restos de automóviles y casas derruidas que se veían por esta zona. Me senté frente a una inmensa puerta de dos alas de metal a la que le continuaban un   largo muro por ambos lados y torretas  con soldados cada treinta metros. La puerta era resguardada por soldados  con los ojos crispados por la obligación de estar despiertos. Me senté ahí porque pensaba que ahí estaría  más seguro en la noche de esta ciudad.

Me senté a prudente distancia – la prudencia no es uno de mis atributos -  y dormí cuanto pude – dormir no es otro de mis atributos -. Al escuchar ruidos de lata comprimida  desperté. Un tanque venia y  pasaba por encima los piquetes  sino los barría a profundidad. Pensé por un momento mi mala elección, pero al darme cuenta que nadie de la puerta ni de las torretas le parecía extraño sólo  me dedique a ver como se abría paso  hasta que llegó a las puertas de ese cuartel.

El tanque se detuvo en las puertas del cuartel.  Se abrió una escotilla y salieron tres  soldados, generales, capitanes, que sé yo, pero estupendamente vestidos y limpios para estar en un tanque. Cómo yo supiera como debe ir  uno dentro de un tanque.  No escuche exactamente que dijeron, pero abrieron otra escotilla y de ella uno de los soldados de la puerta, mal vestido y sucio saco un pequeño bulto que cuando lo tiro al suelo pude ver que era un niño.

Me acerque sin cautela, o con esa cautela del tiburón que quiere escapar  de los delfines y  va a otro lugar mas peligroso para que lo anterior le parezca  un poco más lógico. Les increpe a los  tres oficiales, ahora creía que lo eran, a cierta distancia. El soldado sucio se me acercó, saco su revolver y me encañono en el cuello. Algo salió de  la boca de uno de los oficiales, el más distinguido por cierto, y el soldado bajo el arma. “Pidió un aventón” me dijo con naturalidad y con un extraño acento, un acento que nunca lo había escuchado en las películas Norteamericanas, “quería ir  a su escuela, que queda cerca a aquí, si usted  desea lo puede llevar”.

No pensé, no dude, porque tampoco lo razone. Cogí al niño, cuando le iba a cargar no lo permitió, pero me dio la mano y caminamos sin voltear. Imaginaba la imagen en que todos nos observaban pero el ruido del tanque al avanzar me la quito.

Mire al niño a la cara y al cuerpo, note que no tenia algo que indicara que  fue golpeado, por lo menos eso parecía, así que supuse que era más susto. Levanto la mano  y después el dedo y seguí por donde me indicaba hasta que llegamos a un puerta enrejada. El paso  por una pequeña abertura que el mismo hizo al empujar. Espere que salga alguien para explicar lo que había pasado, pero sólo escuchaba murmullos. Di un paso atrás cuando estos se convirtieron en gritos y corrí cuando escuche que se acercaban.

Corrí tanto como pude por esas calles angostas por las que pensaba ocultarme, pero no los perdía. El tiburón es un animal, yo soy un animal y el delfín es un animal. Y uno de esos animales me llamo, estaba tendido en el piso tapado por una frazada hasta la cara y me dijo que me tapara, olía a alcohol, a noches sin sueño y marcadamente  a limpieza debajo de la frazada.  Los hombres pasaron, pasaban. Dormí.

Al despertar él me abrazaba. Lo empuje en un afán puramente inquisitorial a mi sexualidad. Que te pasa, me dijo. Lo reconocí o reconocí en esa voz  a mi amigo Julio Cesar. No lo había visto por años por rencillas que no vienen al caso – los tiburones cobardes se comen entre ellos-, era un gusto reconocerlo en la voz, y ahora reconocerlo  en su viejas facciones. Habíamos tomado vuelos diferentes y  su vuelo, probablemente, ayudo a que me salvara la vida.

Confié en lo confundido que estaba. Él me miro comprensivo y me dijo “Quieres conocer  a Loriga”. El escritor ese, el que leímos en nuestra juventud. Ese mismo. Se levantó dejando caer la frazada sobre mí y tal como lo imaginaba por el olor vestía limpio, con un mono limpio en este caso, se agacho y cogió de un lado un casco de color naranja y se lo puso en la cabeza.

Caminábamos por una calle muy parecida a nuestro antiguo Perú, es decir a nuestra antigua ciudad, es decir, no había piedra sobre piedra. Me hizo pasar a una construcción de un piso donde sin mucha fanfarria paso entre muchas personas con mamelucos, ternos, o ropa casual, eso si, todos con casco, que estaban sentados en bancas de madera, hasta llevarme donde estaba él. Arquitecto Loriga,  le presento a un admirador de su obra. No era lo que me esperaba, o no era el tipo que  veía en las fotos de sus libros. Este era de espaldas anchas, pecho robusto, algo bajo para mi entender del tipo europeo, cara ancha, bigote tupido, pelo crespo y entrecano, me hacia recordar al pintor cusqueño Richard Peralta que pintaba seres alados en conflictos humanos y por ahí había un tiburón también creo, de ahí tal vez me vino la metáfora de los tiburones, aunque recién pensé en ello al ver al nuevo Loriga hecho arquitecto en el Medio Oriente.

Me recibió sonriente y me dio una cerveza presentándome a su mujer, que sí no fuera tan joven diría que era Chistina Rosenvinge. Por el momento todo estaba bien, hasta había olvidado que  por esta ciudad  me buscaban para hacerme daño o matarme, pero hay momento en que gente así, y gente así las hay en todas partes, que decide  ya no mas bebida para algunos, y ese fui yo.

Cogí del saco a mi amigo JC, que se había puesto encima del mono, y le dije que me sacara de ahí, que vayamos a beber como en los viejos tiempos, cuando ninguno había tomado ningún vuelo.

En la calle me recrimino no haberme despedido de nadie y más del arquitecto Loriga, y de su mujer de buen coño, como decía él. En fin, también como decía él, caminamos abrazados por la calle donde no quedaba piedra sobre piedra, más por vejez que por amistad hasta que otra vez se corto la señal.

Recobre la lucidez en un auditorio repleto de gente, donde el escenario era el único lugar iluminado. Una expositora delgadísima hablaba de una conjura, conspiración o algo símil,  de la cual estaba  enterado por la atención que prestaba. Hacia de Angela Lansbury en la Dra. Flechert, pero esta era delgadísima y alguna vez joven. Se parecía… se parecía… era Chistina Rosenvinge.

Declaraba sobre una cuestión de culpabilidad haciendo un alegato científico incomprensible  por mi confusión o por mi falta de saber. Escuchaba atentamente, hasta que ella paro.

-         -  Así que la culpable, la que lo mató, la que lo convirtió en agua  – dijo pausadamente Christina – fue ¡Ella!- señalando donde me sentaba.

Por un momento pensé haberme convertido en mujer... hasta que alguien detrás de mi asiento grito repetidas veces señalando hacia adelante : ¡Es mentira! Mire a donde a donde señalaba y pude vislumbrar un casco. Me pare y saque no sé de donde una linterna, que al parecer la tenia lista en las manos y señale con ella.

-          - ¡Ahí esta Loriga!

Me espante al verlo. No era Loriga. Era Mulder , David Duchovny.  Por debajo del casco le caía agua y se cerraban sus ojos precipitadamente. Atrás sentí  una mano que me tocaba el hombro y sentí las palabras en mi interior: Todo está perdido, amor.

La aparte de un empujón. Ella cayo,  y grite como loco: ¡Todos están locos!, varias veces.

Hasta que del lado de Mulder, alguien alumbro con su linterna directamente hacia mi cara. Al deslumbrarme, calle.

-         -  ¡El único loco aquí, eres tú!- Era la voz de Julio Cesar.

OOOOOO
SSSSSSS
CCCCCC
UUUUUU
RRRRRR
OOOOOO


Mi consultorio.

Un paciente pasa.

Tengo un fuerte dolor de cabeza pero igual pienso atenderle.

Es canoso y de lentes,  se pone tras mío y le digo que tome asiento y yo me  siento tras el escritorio, pero al sentarme no esta. Siento alguien detrás , siento su aliento, volteo y no hay nadie, otra vez esta tras mío, volteo y no ahí nadie, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo, aliento, volteo…

…otro vuelo.



(1º RELATO DE LA SERIE CUENTOS PSICOCUANTICOS  O  CUANTICOS, SIMPLEMENTE)

miércoles, 30 de mayo de 2012

Willni Dávalos


Posturas Comunes es una nueva plaqueta que publicaré el viernes 01. Trata sobre prototipos que comúnmente se encuentran en la fauna desde la perspectiva de un narrador yo poético que devela su interior detallando poéticamente el rostro tratado.


La Perla


Admirada por invertebrados mutantes como nosotros
que a escondidas, muy vulgarmente, le decimos “La Porno”
 por la fuerza de gravedad que ejerce su firme y suculento
cuerpo atrayendo ojos como mansos cometas
al ígneo núcleo de sus nalgas ahora reveladas
como una luna impar de dos caras de nácar
en conformidad con el público asistente a la academia
donde la conocimos y desde donde reconocemos
sus pechos insolentes, vírgenes, acaso, en tierra,
cuando llega tarde a clases y desfila su silueta luminosa
que conduce los ojos, en un viaje lascivo e ignífero,
 a la pizarra acrílica dónde un mediocre se esfuerza
por enseñar álgebra a un puñado de invertebrados
mutantes como nosotros
pero que no opaca la cima de su ser, su cuello escalera y
sus lunares peldaños que desembocan
en su rostro de pícara jovencita que se sabe sexy
y poderosa como pocas a su edad y en su región.
Ay Perla, por nosotros gira ciento ochenta grados
antes de posarte en la angosta carpeta que te lastima y
Mira el horizonte lleno de saliva que espera tu boca húmeda
en colorete y escarcha multicolor que estalla en los sueños
turbados del pelmazo que se sienta atrás de ti para oler tu cabello
y cada vez que sus ojos te muerdan en hipotéticos encuentros
comprende que la atención intensifica el arte y que hay arte
en tu crin lacia y negra, en tu risa fingida de amor adolescente.
Ay Perla, Mis versos no se asemejan ni a la cicatriz de la vacuna
que te quedó en el hombro izquierdo y que ayer vi casi por suerte. 
No tienes por qué leerlos. No tienes por qué leer. (Perla, no lo hagas)
Perderías fulgor si te opacas bajo el caparazón de un libro
Tú, sólo voltea y contempla la lluvia ordinaria 
que, pronto, babeará tu interminable cabellera
aunque si deseas podría defenestrar para ti las flores del mal
dejándolas bajo tu vademécum como un kamikaze de pasión
secreta, un tributo hecho de letras para tus ojos Virgo.

lunes, 30 de abril de 2012

El Invitado

Rec era de los tipos que necesitaba compañía y no la encontraba, era de los tipos que la encontraba y sólo por amabilidad contestaba sus mensajes para decirle que en ese momento no tenia tiempo, que veía una película, que escribía, que pintaba, que dormía, pero nunca decía que no podía verla por el solo hecho de querer estar solo, porque mas daño le causaría saber que ha hecho daño. Otra vez solo, buscaría desesperado compañía que marque con su meo el territorio de él, para nuevamente comenzar el ciclo y que el meo de gato no lo desespere por mucho tiempo. Rec se la pasaba recordando estas desventuras cuando estaba solo, pero las recordaba de otra forma. Recordaba que él hizo todo lo posible por ellas y ellas nada por él. Las llamaba y no tenían tiempo, que veían una película, escribían, pintaban, dormían y Rec les preguntaba: “¿Con Quién?”. Ellas le cortaban y le llamaban cuando ya no dormían, ni pintaban, ni escribían, ni veían una película y Rec les preguntaba:” ¿Con quién?”. Dejaban de verlo por ese quien y así Rec se quedaba solo esperando llamadas y meos para decirles que estaba ocupado… Dicen que este mun… - Dicen que este mundo se acabara este año- se le vino a la cabeza y lo dijo, dejo de teclear y giro 180 grados la silla giratoria -¿Qué dices a eso?- miro a Male esperando su respuesta. Esta, estaba recostada en la cama utilizando de espaldar la pared y unos almohadones rosa. Miraba un show de amenidades y chismes del espectáculo, y no le había escuchado. Sentado en la silla El seguía viéndola tratando de ver más allá de lo aparente, es decir preguntarse por qué se acostaba con ella, sí ya no le gustaba en lo más mínimo, acostarse con Male era un día más sin acostarse con Ella, y racionalización esa, hacia que lo que tenia con Male se volviera odio y hartazgo. - ¿Que me miras? Sin pensarlo la mirada que a un pretendía estar en la cara de Male, había bajado hasta el vientre de ella. Male permanecía con un polo de él tapando su torso, pero sin nada debajo ni nada abajo y con las piernas cerradas. - ¿Odias esto?- aunque lo preguntaba se escuchaba más como una increpación y abrió las piernas como si cayeran después de tensionarlas por muchos minutos. Y como respondiendo a su odio y no a la pregunta sobre el futuro del mundo, siguió– no, el mundo no se acabara. El no pudo resistir y ya estaba ahí en ese mundo inacabado. El no se dio cuenta, pero a Male se le salió algunas lagrimas, y aunque hubiera sido así –el darse cuenata-, a él no le hubiera importado, así como no le importaba en ese momento que ese año se acabaría el mundo, solo quería hundir su odio. - Basura- le dijo Male a modo de susurro erotizante –se que piensas en Ella. Levanto la cabeza y pensó que desde ahí abajo no podría pensar en Ella. - Si quieres lo puedo hacer. - Si hazlo, quiero saber cuánto la quieres. Comenzó a mordisquearle débilmente los labios, curándolos con su lengua. Bajo al perineo, pronunciando más sus mordidas, llegando a su excavación, solo los costados eran mordisqueados y separados por sus manos llego con su lengua a rozar delicadamente el ano de Male. Separo aun más las nalgas, esta vez con ayuda de Male que había pasado sus brazos detrás de la espalda. El ano comenzó a humedecerse con el líquido que venia de la vulva de Male y la saliva de El. Volvió al perineo, dejando el anular y el índice separando los pliegues del ano para legar al recto. Lamio los labios uno por uno y se introdujo a la entrada de la vagina, alejo su cabeza y con la mano izquierda separo los labios para encontrar el clítoris. La miro a Ella y encontró a Male. Male lloraba. - ¿Sigo?- pregunto jadeante. Sabiendo que proseguía, Male con el rostro completamente congestionado de sangre grito: ¡Mierda sigue! El mordió. Volvió a la maquina cuando estaba dormida. Desnudo se sentó frente a la pantalla y recordó a Peinado de monja, una vez su mejor amigo y con cuya novia se había iniciado sexualmente. Vio el reflejo de su rostro en la pantalla y relamió los labios. ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! ¡Peinado de monja! Le gritaban, desde el frente. Para alcanzarlo y patearles en la cara debería cruzar la doble vía y en el intento no ser atropellado. Pero tampoco lo iba a hacer, apenas lo pensaba y se reía, reía de pena. No tenia orejas y apenas escuchaba lo que le gritaban, aunque no era necesario suponer que le decían, imaginaba que algún día les patearía las orejas. El cabello le tapaba los apéndices minúsculos que una vez figuraron como lóbulos y ahora solo eran meros renacuajos en una cara de príncipe. Era el niño más guapo que había visto Rec, cuando aun no se llamaba Rec. Rec, a lo lejos, gritaba a esa cara bella con cerquillo y el cabello largo que tapaba esos muñones a los que dejaban descubiertos cada vez que podían sus compañeros. Eran niños, como suelen decir. Y esos niños se subieron al bus junto con Rec que no paraba de reírse. Se sentó alejado de sus compañeros porque era el único asiento vacío que quedaba, cerca a la puerta trasera. Empezó a llover y mientras más le acercaba a casa, la lluvia se ponía mucho más fuerte. “abrieron las puertas del cielo”. - Papi, papi; ¿por qué Diosito no castiga?- dijo un niño enclenque sentado en la rodilla de un tipo mayor de cabello cano y gesto protector, ocultando la cara contra el pecho de ese tipo con cara y actitud de padre. Rec miró como el niño se hundía en semejante drama y como su único dios lo protegía con un fuerte abrazo. Pensó y comenzó a ahogarse en una idiota reflexión: “por qué lo castigas”. La lluvia se calmo y Dios dejo de castigar al niño y su dios con cara y actitud de padre dejo de abrazarlo. Seguía pensando en el castigo cuando llego a casa. Saludo a mamá con un beso en la boca y se fue a su cuarto a cambiarse de ropas para almorzar y el castigo estaba con él.”Dios por qué lo castigas”. Se sentó en su cama y se vio en el reflejo del espejo de su ropero, se quedo mirándose por varios minutos hasta escucho que su madre le llamaba para almorzar. No contesto y pregunto al reflejo del espejo de su ropero: ¿Dios por qué no me castigas? Cuando bajo sin cambiarse de ropas, cuando se opuso a cambiarse, cuando se quedo ahí parado sin hacer nada, dios le castigo por primera vez. Dios no castiga, los que castigan son lo padres, se dijo Male cuando leyó lo que tenia al frente. La computadora estaba prendida, con el programa Word abierto y El no parecía estar en el departamento. Despertó adolorida y gustosa de haber sido Ella. Cierta ilusión salía por sus poros afiebrada por la inflamación de la herida y quería verlo a El, entregarse nuevamente y decirle que sí se acabaría el mundo, aunque no pudiera caminar en días quedaba mucho para que terminara el año en que terminaría el mundo. Despertó enamorada. Era algo que quería hacer y debía hacer hace mucho tiempo, se dijo tumbada aun en la cama con las piernas abiertas y el polo subido hasta la altura de las axilas. Era un polo de Black Sabat de El, aunque a él nunca le había gustado el metal lo tenia, como que antes tenia el cabello largo así de por si. Estaba enamorada y no era ella. Se levanto soportando el dolor, sintiendo la sangre coagulada crujir. No había nadie más que su amor. El polo cayó por inercia tapando sus pechos anchos y de pronunciados pezones. Miro alrededor como sí El estuviera escondido pero era un acto inconsciente, como cuando vibra el teléfono y esperas que sea ella. Se sintió tonta al ser consciente de esto. - Soy tonta o qué- y se sintió aun más tonta cuando dijo esto. Fue al baño para lavarse la herida y con la esperanza de encontrarlo ahí y que El la lave, pero antes de abrir la puerta desecho la idea de encontrarlo porque sabia que esta no era una tonta historia de amor. Y seguía y seguía, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué, soy tonta o qué. - ¡No lo soy!- grito, pero él no le escucho, no estaba ahí, y el gritar le confirmo. Se acerco a la computadora, minimizo el Word y busco party girl de chinawoman en su reproductor y bailo chorreándole agua aun por las piernas, paro a la mitad se sentó en la silla giratoria y pensó en abrir su facebook, pero, aunque nunca le dio por leer lo que escribía él, ni nadie de este mundo, maximizo el Word. Qué se podía hacer, estaba enamorada y estas cosas hacemos cuando estamos enamorados. Termino de leer. Party girl de Chinawoman había terminado hace rato. - Dios no castiga, los que castigan son lo padres- dijo. Lloró. Su madre le dijo que le cuidara pero no sabía que eso implicaba limpiarle de sus excrementos. Se puso A God in an Alcove de Bauhaus y siguió llorando. Y canto en español … Él es un Dios en un rincón… tarareo, no sabia más de la letra y lloro. Le dijo que le cuidara y lo que hizo era solo verle, porque no podía quitar de su vista el primer órgano masculino que veía y era de su padre parapléjico. No le quito, permanecía en su cabeza y permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía, permanecía. Permanecía. - Soy tonta o qué. Meses después, como producto de la terapia encargada por su madre, y oficiada por Male cuando nadie le llamaba Male, el padre mejoro. La terapia derivaba de un cierto abandono marital y la concienzuda limpieza de una púber con sueños ilusos latentes de Lolita, frustrados por el encierro. Las tareas del hogar después del colegio. Aun a la salida del colegio Male soñaba con esos hombres mayores que recogían a sus propias compañeras y a otras alumnas del colegio. Había prometido, para sus adentros, el pene de un tipo muy disponible al cariño de su hija que cursaba el mismo año que ella, pero no en la misma aula. No odiaba a su compañera, no amaba al padre de ella, admiraba lo disponible que era al cariño. Se lo haría fácil, pero una vez que lo tuviera “comiendo de su mano”, seria cruel con él. Eso es lo que merecían los hombres, pensaba. Terapia de familia, cada uno se cura.

martes, 17 de abril de 2012

Victor Figueroa.

CONVERSANDO CON RATONES.

Se preocupan demasiado y con razón,tropiezan entre ellos,huyendo a prisa de ti o del bigotón.

Es la rutina callada que me contó un ratón,la que me dejó pensando una noche de ron sin corazón.

Las mujeres los desprecian,vayan donde vayan no habrá ni un solo de compasión.

Para mi derrochan simpatía,para ellas no,será que ninguno de estos se parece a Micky mouse,creo que no.

Yo los miro con quietud,ninguno se espanta de mi.y entre su multitud soy uno más que hoy descanza de huir.

hoy brindo con roedores olvidándo cien amores,pues conversando con ratones comprendo bien de temores.

comparto migajas de lo que sea con ustédes fugitivos de vestimenta tristona.No guardo nada para las mañanas del mañana,en los parques donde los tranquilos alimentan a palomas.

¿Quién salvará a las ratas? me pregunté,si la supervivencia es ocupación de alcantarillas y oficinas ¿quién?

No se vuelve para atrás si uno de sus amigos fatíga en una trampa,solo corre más y más por su vida ,que respira en desventaja

Y tu que miras aqui abajo en tu encuentro próximo con un ratón,tarda un poco y míralo con atención,que en su huida velóz habrá otro dia quizas donde el quieto y tu revuelto,conversen de preocupación.

.

martes, 29 de noviembre de 2011

Luis Cueto

El buelo

En el país de los antiguos manzanos tenían una medida que se llamaba buelo. El buelo medía la distancia de la tumba donde uno yacía al lugar de tu nacimiento. Esta medida decía tantas cosas y tan pocas al mismo tiempo, que dejó de usarse para tratar de expresarla con innumerables cifras y simbologías. Así todo se hizo más difícil con el paso del tiempo, y medidas como la cantidad de lágrimas derramadas en tu entierro, la cantidad de gente que se pelea por lo que dejaste, el ancho de las suelas de tus zapatos al morir o índices tan complicados como las veces que alguien deseó que mueras sobre la cantidad de risas que le arrancaste a una mujer; fueron sustituyendo al buelo.

El buelo era una medida soñadora, dejaba pensado a los niños en los lugares donde los pies de sus padres habían estado, lo mucho que la madeja de la vida los había alejado del camastro donde la partera les dio su primera paliza, el enredoso rastro que dejaron sus pisadas tratando de encontrar el mejor lugar donde morir. Y es que a diferencia de las tremendas significancias de las medidas actuales, el buelo sólo servía para mirar a través de las lágrimas de los deudos con un poquito menos de pena. Y cuando el dolor aún los saboreaba, se remangaban las camisas pardas y cinta negra, mapas y lápices en mano iban a la búsqueda del buelo de su muerto, para que con rigurosas letras negras, sea escrito lo más rápido posible en su lápida.

El buelo hubiera dicho tantas cosas de mí.

Apacibles días los del buelo en el maravilloso y lejano país de los manzanos.

lunes, 31 de octubre de 2011

sábado, 11 de junio de 2011

dios necesita un nuevo nombre

EL HOMBRE BASURA Y LA MUJER VENGATIVA




El Hombre Basura y la Mujer Vengativa, viajaron a Plus York y se hospedaron en el Hotel Bobalidad, donde concibieron un niño al que llamaron Príncipe Azul. Como todos sabemos los niños azules casi siempre mueren, este murió. El Hombre Basura se volvió un amargado y la Mujer Vengativa en una puta. Con el tiempo el Hombre Basura se volvió un misógino y la Mujer Vengativa en esposa. Y es así como llevan su Duelo.



Dicen que los anillos de Saturno antes eran un planeta, un planeta habitado por hiperascendientes del Hombre basura y la Mujer Vengativa. Estos huyeron antes de que su planeta explote por una posibilidad natural, pero he ahí que dicen que la posibilidad natural la da la perspectiva racional. Y esta es echarle la culpa a fenómenos naturales.



Huyeron y establecieron como nuevo planeta el más fiero y épico del Sistema Solar por la perspectiva racional de sus hiperdescendientes. El Hombre basura y la Mujer Vengativa discutían aun en un futuro muy, pero muy distante en el mismo Sistema Solar y sin ninguna perspectiva racional. El la empujo sin ninguna intención sexual y ella lloro porque ya todo no era lo mismo de antes, cuando pretendía ser forzada, cuando sincronizaban.



El épico y fiero planeta les duro poco, es decir unos millones de años, hasta que lo devastaron y es donde con toda su sabiduría supieron que el fenómeno natural destructivo eran ellos. Lo dejaron rojo a la distancia y por su criminal color el Hombre Basura y la Mujer Vengativa lo conocían como Marte.



Llegaron a la hoy conocida, pero no encontrada Atlántida. De ahí la historia es harto conocida. La hundieron y se refugiaron dentro del planeta y hoy los conocemos como los intraterrestres. Algunos para apartar el mísero destino que los perseguía huyeron a los continentes donde fundaron culturas, también harto conocidas, y poco a poco se les perdió la vista, porque cada vez, generación a generación, se fueron pareciendo a nosotros o a lo que somos: un fenómeno natural.



La competencia esta vigente y no sabemos quien ganara o ser el primero en destruir este planeta, o los intraterrestres o los terrestres. Poco les importa al Hombre Misógino y ala Mujer Esposa, de lo otro como es de suponer. Ellos saben que no se volverán a ver aunque, como vemos, tanto paso para que ellos estuvieran juntos. Abra otros planetas con un mejor final: Un final Feliz.

lunes, 2 de mayo de 2011

Qbi

Cumbia Testimonial

Jerónimo el iguana suicida
El Exterminador de palomasMuerte y Soledad.


Hay un tipo que desde hace mucho tiempo atrás tiene la costumbre de atrapar palomas y retenerlas en su habitación durante una semana. Él es mi amigo. Vive en la azotea de un edificio de 12 pisos, muy cerca del estadio.
Cuando los domingos luego de su resaca de la noche anterior muy temprano las palomas gorgotean y le despiertan, él abre las cortinas, coge un poco de granos de trigo y las derrama en la entrada la habitación con la puerta abierta, como invitándoles a que pasen al interior. Luego él, baja al mercadillo de cerca del edificio donde habita, a aprovisionarse de muchas latas de cerveza, vuelve con calma, con el dominical bajo el brazo, y con unas gafas de mujer que alguna ocasional visitante le había donado. Cuando tiene mala suerte sólo vuelve con un botellón de agua y algún libro sin ninguna novedad.
Se sienta en una mecedora con las lonas desgastadas, en pantaloncillos cortos, y con las cervezas remojando en un lavador con agua fría a su lado. Mientras las aves con desconfianza bajan del techo poco a poco para que se metan a la habitación.
Bajo el sol; extiende el dominical y ése domingo lee en los titulares: “Mujer se mata porque publican sus fotos desnuda en facebook” se bebe la primera cerveza con calma y a la tercera enciende un cigarrillo. Cuando es hora de almorzar, se prepara un sándwich de salami y jamón. Luego de esto enciende su lap-top, abre su cuenta del facebook y busca el nombre de la mujer que ha muerto a causa de las fotos, encuentra bloqueada la cuenta, cierra la computadora y vuelve a lo suyo.
No sé por qué algunas personas creen que es un tipo extraño e irritante, pero eso a él le importa muy poco y sigue con su rutina. “Creo que me estoy volviendo loco” me dijo en una ocasión, a mi me parece de lo más normal. Aunque no tiene trabajo casi nunca le falta efectivo, o teléfonos celulares que en ocasiones regala a sus amigos cuando sale a divertirse algún fin de semana.
Yo paso a visitarle los domingos porque vive cerca del estadio, y yo los domingos voy a ver el fútbol. Desde su azotea se puede ver con comodidad los partidos de fútbol de la liga descentralizada, pero prefiero entrar al estadio y pasar a visitarle luego. Subo contando las gradas muy lento y llego agitado.
−Debería haber un ascensor hasta acá porque ya estás en edad de sufrir un paro cardiaco. –le digo.
−Eso me mantiene en buen estado tío. Aunque cuando regreso los fines de semana siento que no llegaré. –Responde.
Cuando llego, las palomas están ya enjauladas, atrapa sólo 7 palomas, una para cada día de la semana, y cada día mata una y se lo sirve en trocitos a la iguana que mantiene en su en su azotea, pero no sabe que las iguanas no comen carne y que casualmente se pudren y atraen moscas que la iguana aprovecha y así se alimenta. Ésta es la quinta iguana que tiene, las primeras dos murieron por que si, sin ninguna anécdota detrás de sus muertes, la tercera se “suicidó” o al menos eso piensa. Cree que se arrojo desde la azotea 12 pisos abajo, se enteró cuando un tipo que pasaba por ahí y casi fue asesinado porque la iguana cayó sobre él, pero no fue más que un susto porque el hombre sólo se desmayó. Todas las iguanas se llamaban “Jerónimo” y el cuarto Jerónimo decidió abandonarle cuando se inundó su habitación. “Supongo que para las iguanas la muerte es sólo la muerte” me dijo una vez, cuando hablamos del tema.
Me lanzó una cerveza y la atrapé, estaba tibia y sorbí el primer trago con cierta dificultad.
Leí el dominical y reconocí el nombre de la mujer, los detalles afirmaban que había metido la cabeza en el microondas, me estremecí, no supe si comentarle algo sobre el tema, porque él no lo hizo, sólo se concentraba en las palomas y mi aspecto superaba el nerviosismo, tal vez si mi nombre hubiera sido Jerónimo también me hubiera lanzado de la azotea ante el susto y la desesperación que sentía en ese instante. Bebí toda la cerveza de golpe, encendí un cigarrillo y con optimismo pensé, en que hay muchas mujeres con el mismo nombre. Respiré hondo y me despedí sudando con el cuerpo frio.
Todos los días mata una paloma con tal cuidado que parece un ritual chamanístico; golpea la cabeza de la paloma con el peso de su mano, luego les rompe el cuello sin mucho esfuerzo, las despluma, les abre el tórax, les saca las vísceras y los troza en pequeños pedacitos. Para esto siempre tiene mucho cuidado con la higiene, usa guantes de hule quirúrgicos y mandil verde que una enfermera amiga suya le regaló en agradecimiento de que una noche le permitió quedarse en su cuarto cuando no tenía donde ir, aunque no estoy del todo seguro quién debía haber agradecido.
Siempre he creído que las casualidades no existen, pero luego de la rigidez de ciertos sucesos que han transcurrido con indiscutible secuencia a lo largo de lo últimos 10 años, ya no sé que creer.
La novia de mi mejor amiga, en su viaje a la selva, agobiada por el calor y el ruido de los bichos, decidió, luego de ingerir algunos somníferos, introducirse en una congeladora con suficiente espacio para otra persona de su contextura física a refrescarse y descansar. En esa parte del país la Policía es un poco lenta pero no tanto, porque realizaron una investigación, dando con mi mejor amiga, ella declaró y reconoció que efectivamente habían sido pareja y unos días previos terminó con la muchacha y ésta no pudo aceptarlo e incluso amenazó de muerte al chico que ya era su nuevo compañero. Mi amiga luego de enterrarse de la muerte de su ex, quedó devastada, 5 años de relación no se superan así porque si. “Te juro que te vas a arrepentir” recuerda que fue lo último que le dijo. Las investigaciones concluyeron en que fue un suicidio.
Tras realizar algunas llamadas e indagar, confirme el nombre de mi mejor amiga y compañera que hace un par de años se había mudado a otra ciudad a ejercer su profesión con plena libertad y lejos de los prejuicios y las habladurías de la gente de esta ciudad. “Desde que salieron las fotos estuvo sin querer comer parecía que no lo hacía falta” me dijo su prima con la voz entrecortada.
El tipo que tiene la costumbre de atrapar palomas y es mi amigo comparte su soledad con jerónimo su iguana, éste debe ser el animal más silencioso que he conocido, contrario a las palomas permanece quieta casi todo el tiempo, es prácticamente una oda al silencio y siempre he creído que el silencio es la representación más exacta de la soledad.
Una vez se concentró en una de sus ocasionales victimas, fijó su mirada en los ojos diminutos del ave, en una versión mínima de varios círculos concéntricos, fijos e inexpresivos. “La paloma me estuvo hablando” me dijo. Sin saber que fue él que se introdujo en el interior de la paloma y le ocasionó inquietudes.

sábado, 5 de marzo de 2011







el conocido chino, samana, yachaj, diosebrio, nada, perro sucio publica su novela Lacka esperando un taxi mostrando su unica puta cinica personalidad: Percy









"Considerando la trayectoria literaria del autor puedo concluir que Lacka esperando un Taxi es un vuelco de lo que en sus inicios escribía, es decir del origen de desanudar a dios en un rito intimo y hasta de cierto modo -como en sus propias palabras explica “sentía que un dios me dictaba”- y que en esta novela desarrolla un lado más fresco de si mismo tanto en el lenguaje y en el fondo de modo que se hace más digerible, más divertido.




Lacka esperando un Taxi, es un libro que se puede leer de un tirón porque el razonamiento que usa es cínico, púber y de momento en momento adulto, un adulto hecho patético que mezcla diversas sensaciones como las frustraciones, las nostalgias y las alegrías que consumen en la vida diaria y que en está novela se hacen protagonistas importantes. Estás circunstancias rutinarias se ridiculizan con mucha agilidad tanto que es inevitable la empatía con los hechos y los protagonistas anónimos que se reconocen en cada uno de nosotros sin atrevernos a decir que somos nosotros mismos.




Percy encuentra sus propias vías que empiezan en detalles casi insignificantes que construyen una novela original, él aprende que el principio es “lo más simple” para concluir en un todo que brilla en un espacio especialmente preparado por él, como las estrellas dispersas que sólo se ven en el manto de la noche y unidas únicamente por sus sentimientos.




Es un anecdotario que finalmente terminará manipulando la mente del lector, poniendo en tela de juicio los sistemas de valores que cada quién alberga en sus interiores con cierta seguridad y además resalto que las personas corrientes jamás se enteran de ésta complejidad."
Julio César Vivanco
de venta: 984483771, 984387191, 958360213

lunes, 31 de enero de 2011

dios necesita un nuevo nombre

NOTAS

Mi esposa se suicido y en la nota de despedida me dijo esto: "maldito perro tú eres el que deberías hacer esto". Escribí la nota una y otra vez hasta que creí que eran suficientes. Suficientes para mandarlas a todos los que conocían a mi esposa. Las junte en una prensa manual y tome el arma y dispare justo al medio, más tarde las lleve al correo.

La conocí en la universidad cuando pensaba que cortarme una mano no estaría mal, ella me persuadió. Me corto el dedo anular de la mano izquierda diciéndome que nunca nos casaríamos, es por eso que lleve el anillo en el dedo del medio y se lo hacia recordar a cada momento.

Cuando parecía que todo andaba muy bien apareció en clases desnuda, con sus ropas en su bolso, arengando “liberación” muchos le siguieron. Se sentó a mi lado y le pregunte que porqué hacia eso. “porque quiero librarme de ti”, respondió.

- N No creo que te liberes de mí produciéndome una erección.- concluí.

Saco la ropa de su bolsa, se vistió y me dijo que deberíamos casarnos. Yo le saque el dedo del medio, pero ella no se rindió… hasta que se suicido.

domingo, 19 de diciembre de 2010

PALOMAS

Es una cosa intima eso de las palomas como lamer el ano de una mujer o dejarse lamer por alguien que quiere porque es difícil volver a ver la cara de alguien que te lama el comienzo del fin.

Dos o tres personas caminan un día domingo por la calle o es solo eso lo que piensa en su cabecita enorme. No vale la pena salir un domingo, piensa. No se levanta de la cama ni para acercarse a ver por la ventana si son más personas las que caminan un día domingo por la calle, es decir que se siente medio muerto, como quien dice medio vivo también y se dice como para que escuchen las palomas que solo se trata de necesitar un culo esta mañana de domingo, aunque no importa que día sea, para él solo se trata de culos y para ella solo se trata de él, que esta medio loco y que no tendrá futuro con él, por eso este domingo no vendrá ni lo hará mas. Es duro estar duro un día domingo sin culo, se dice. Es duro pensar en que ya no vendrá así que esos que caminan por la calle no importan como que no importa que este dando Up por la Tv aunque se ríe del niño rechoncho que alguna vez fue.

La cosa íntima vuela los alrededores sin que le molesten. El asunto de ellas es despertarlo a las 4 a.m salvándolo de la alguna pesadilla que podría volverse en un sueño recurrente. Pero es tiempo de lluvias y las moscas invaden su cuarto y le susurran que esta sucio y una cae en sus cabellos enredándose en esa mazmorra de pelambre. Se toca y siente que es la mosca mas gorda que nunca toco ni cuando hacia de niño laberintos con playgos para que moscas con las alas arrancadas lo resolvieran. La saca y la tira al suelo, no era una mosca, era una abeja. La ve muriéndose en el suelo y la mira con pena como si él la hubiera matado, no sabe que moribunda cayó en su cabeza. Que triste, dice, el mundo es una mierda, concluye.

Se acerca la mano a la cara como para parecer para nadie que esta pensativo, reconoce el olor a vagina y recuerda a la chica con quien tuvo relaciones al amanecer ya ciego por la ebriedad. Se pone a pensar que huele al de la que no vendrá y se pone a pensar que la chica esta del amanecer tampoco volverá y se complace. Se complace que ninguna de ellas sepan algo de ellas.

La abeja sigue ahí moribunda pero a él ya no le importa. El mundo es una mierda y triste no puede hacer nada por él.

miércoles, 6 de octubre de 2010

viernes, 1 de octubre de 2010

R Pisstol


First of the Gang: RAFAEL BARRIONUEVO GONZALES.

Hoy, como casi nunca antes, me he conectado en el chat del FB, y es media mañana y la niña hermosa que mas quiero estos días y que mas pretendo querer toda mi vida se conecta también y me pregunta que cómo voy, y yo le digo que bastante contento, de una alegría inexplicable por lo de estos días y por lo de anoche y por la tranquilidad de hoy. Y de pronto, enseguida, la niña hermosa -y genial como es desviando conversaciones en el hielo- dice “GG dice que murió tu amigo Rafael Barrionuevo”. Y también “lo siento”.

El silencio se hace tan denso y frío como el hielo.

Y mil imágenes se suceden: El chico silencioso de camisa siempre gris o negra. Cristo clavado en una cruz-guitarra al revés en una pared de tu habitación. El Nevermind, los Use Your Illusions I y II, el Epic: los primeros discos compactos que vi en mi vida. La iglesia que diseñaste en Taller I a apartir de una concha marina. La Facultad, La Torre...

Y luego tú Rafa: El mejor en los días de Arquitectura y el peor en matemática.

Y luego tú Rafa, en esta ciudad, entre estas ruinas, y tus dibujos de estas ruinas a tinta china.

Luego todo: Un Artista Completo y cada vez siempre mejor persona. Una altitud.

La gente que no tiene nada bueno que decir generalmente dice que cuando una chica aparece embarazada otra conocida, o cercana por lo menos, muy pronto le seguirá. No sé si eso demuestra la continuidad de la vida tanto como la expansión de una verdadera plaga. No lo sé.

Adiós Rafa, eres el primero de mis amigos –de los que alguna vez tuve tan cercanos- que se muere.

Adiós Rafa, de pronto se ha puesto nublado en Cusco, y garúa a ratos. A partir de ahora ya no es una primavera.